¿A qué se expone un adolescente que migra solo de su país?

El caso de Isabelle*, una adolescente de 15 años que viajaba con sellos falsos de migración, advierte sobre los riesgos a los que se exponen los niños, niñas y adolescentes migrantes y refugiados.

Por Ana María Castro

TULCÁN, ECUADOR – “En el bus de Cúcuta a Ipiales, en Colombia, el conductor me pidió que me escondiera en un compartimiento interno en la parte de atrás para que la Policía no descubriera que viajaba sola e indocumentada. A él se le olvidó que yo estaba ahí y estuve más de una hora soportando el calor intenso del motor”.

Isabelle*, de 15 años, menciona esta experiencia como una de las situaciones más incómodas a las que se enfrentó al viajar sola.

Sus razones para migrar

Isabelle no estaba contenta en Venezuela. Comenta que estaba cansada de las peleas que su mamá tenía con sus hermanos. Según ella, no creció en el mejor ambiente familiar.

Isabelle*, de 15 años, menciona esta experiencia como una de las situaciones más incómodas a las que se enfrentó al viajar sola.

 

El tío de Isabelle, quien se fue a Perú meses antes, le ofreció la oportunidad de viajar a ese país y darle trabajo en un puesto de comidas rápidas que había instalado allá. “Siempre he confiado en mi tío, porque es respetuoso y me ha prestado su ayuda”, menciona.

La adolescente se enteró que uno de sus hermanos saldría del país. Decidió irse con él para no viajar sola.

La separación

Ya en Cúcuta, Isabelle aún no recibía la transferencia de dinero que su tío le enviaría desde Lima para continuar su viaje. Su hermano le dijo que no tenía tiempo para esperarla y decidió dejarla en ese lugar.

“Yo seguí sola hasta la frontera norte de Ecuador, en Rumichaca. Allí necesitaba encontrar a un señor que vendía helados al que mi primo conocía y podía ayudarme a retirar dinero para seguir, pero no lo encontré. Me angustié y empecé a llorar”, dice Isabelle.

En Rumichaca, una señora de nombre Sandra, que vendía manzanas en la zona, se le acercó y le ofreció su ayuda al verla sola. “Me dejó quedarme con ella por una noche, mientras yo definía qué hacer”, agrega.

Sellos falsos

Al ser una adolescente no acompañada, Isabelle requería un permiso por escrito de sus padres para que un representante mayor de edad se hiciera cargo de ella. De esta manera podría entrar de forma regular a Ecuador.

“Cuando volví a la Aduana de Ecuador con la vendedora de manzanas, se nos acercó un señor y nos preguntó si necesitábamos ayuda”.

El hombre que ofreció ayudar a Isabelle se llevó sus documentos. Pasados unos minutos regresó con su Tarjeta Andina. “No sé si la señora Sandra pagó por eso”, agrega.

Tras tener los documentos, Isabelle se dispuso a subirse a un bus que la llevaría sin costo a Huaquillas, en la frontera con Perú, pero en ese momento las autoridades ecuatorianas se dieron cuenta que los sellos de su Tarjeta Andina eran falsos.

No pudo abordar el bus y las autoridades refirieron su caso a la Junta Cantonal de Protección de Derechos Humanos, que se encarga de atender los casos de adolescentes que viajan sin acompañamiento.

Reunificación y protección

Isabelle fue remitida a una casa de acogida en Tulcán y luego fue trasladada a Quito a una casa de protección a cargo de la Fundación Alas de Colibrí. Allí está en compañía de otras adolescentes y realiza varias actividades lúdicas.

Para resolver su situación, su familia debe hacer los trámites pertinentes para que su tío pueda recogerla en Ecuador con la autorización de su madre. La familia dice que este trámite puede durar varios meses y aún no pueden ir por ella.

Mientras tanto, Isabelle asegura estar tranquila porque se siente en un ambiente seguro y compartiendo con otras adolescentes. En los próximos días empezará a recibir clases en la casa de protección.

Aunque Isabelle fue víctima de engaño, ahora está segura y muy pronto podrá reencontrarse con su familia. Sin embargo, muchos otros adolescentes que viajan solos no tienen el mismo desenlace de Isabelle y se convierten en víctimas de redes de trata, maltrato y explotación sexual.

*El nombre de Isabelle ha sido cambiado para proteger su identidad.