La solidaridad detrás de unos zapatos negros
A muy corta edad, Ángel Gabriel y sus compañeros de escuela conocen muy bien el significado de la empatía. Esta es su historia.

Ángel Gabriel, de 12 años, muestra los zapatos para la escuela. Su madre no tenía dinero para comprarlos pero sus amigos del colegio decidieron hacer una recolecta para comprarlos.
©UNICEF/ECU/2019/Castro
QUITO, ECUADOR – Ángel Gabriel, de 12 años, se levantó en la mañana escuchando los ruidos de una construcción que se lleva a cabo a pocos metros de distancia de su hogar, en el sur de Quito (Ecuador). Poco a poco, estos trabajos están agrietando las paredes de su hogar, un hecho que genera malestar y preocupación a sus padres Bianca (30 años) y Ángel (31 años). “Todos los días se cae un pedacito de pared”, dice la madre.
“El desayuno es uno de los momentos favoritos del día para Ángel Gabriel porque puede comer leche, huevos y cereales, alimentos que había dejado de consumir en su Venezuela”, dice su mamá, quien asegura que cuando llegó a Ecuador, hace algunos meses, se encargó de que él y su hermana Victoria, de 5 años, volvieran a tener una dieta balanceada en la que predominan las proteínas por encima de los carbohidratos.

Ángel Gabriel, de 12 años, muestra los zapatos para la escuela. Su madre no tenía dinero para comprarlos pero sus amigos del colegio decidieron hacer una recolecta para comprarlos.
©UNICEF/ECU/2019/Castro
Tras terminar de desayunar, se vistió con sus jeans y su único par de zapatos, para emprender su camino a la escuela donde cursa octavo de básica. Aunque el uniforme lleva zapatos negros, sus padres aún no contaban con el dinero para comprarlos. Por fortuna, en la institución no le impedían asistir por no tener este vestuario.
Ángel se dirigió a la escuela sin imaginarse la sorpresa que sus amigos le tenían. Cuando ya estaba en el aula de clase, fue citado a la oficina del inspector escolar. “Me preocupé, pensé que había hecho algo malo y me iban a regañar”, cuenta él.
El inspector le entregó en sus manos una suma de 8 dólares. “Tus compañeros han tenido la iniciativa de hacer una recolecta para ayudarte a comprar los zapatos negros”. Ángel Gabriel se sintió querido. Cuenta que no podía dejar de sonreír de la emoción y volvió al salón de clases a darles las gracias a sus compañeros.
Desde que entró a estudiar en Ecuador, sus amigos y docentes lo habían recibido muy bien, pero el gesto de solidaridad de sus amigos lo hicieron sentir incluido y apoyado en un país que no es el suyo.
Ángel Gabriel llegó contento a su casa y le contó a su familia lo que había sucedido. Sus padres recolectaron el resto de dinero que hacía falta y le compraron los zapatos.
A sus cortos 12 años de vida, Ángel conoció muy bien el significado de la solidaridad y sus compañeros de la escuela el de la empatía, porque más allá del acento y una que otra costumbre, Ángel Gabriel es igual al resto: un niño con sueños y deseos de aprender.
Inclusión en las escuelas
UNICEF Ecuador trabaja en conjunto con el Ministerio de Educación de Ecuador para promover la empatía y la solidaridad en las escuelas a través de su proyecto “Seamos Amigos”, que incluye la aplicación de metodologías lúdicas, basadas en el juego y el arte. Con esta metodología se busca una mejor integración y convivencia en la escuela.
Transferencias monetarias para instalación
La familia de Ángel Gabriel fue beneficiaria del servicio de transferencias monetarias que ofrece UNICEF en Ecuador. El propósito es lograr que los niños, niñas, adolescentes y sus familias, que se encuentran en situación de vulnerabilidad y han decidido residir en Ecuador, inicien su proceso de asentamiento en el país de acogida en condiciones dignas: donde se asegure el cumplimiento del derecho a vivir con su familia sin ser separados. Este subsidio complementa la asistencia alimentaria que brinda el Programa Mundial de Alimentos (PMA).